25 jun 2013

A POR TODAS

Las últimas horas para el arbitraje se agotaban y con ellas la esperanza de Carmen, que hoy era incapaz de dejar de mirar el móvil. De la llamada que no llegaba dependían los ahorros de toda una vida, enterrados en una sucursal de NCG en Moaña. 
 Su impotencia, junto a la de otro centenar de afectados, fue los que les llevó a impedir la reapertura de la entidad. Es la oficina central de Moaña y NCG la cerró hace seis meses para preservar la seguridad empleados y clientes. Hoy estaba previsto su reapertura, pero los preferentistas lo evitaron y cortaron la calle durante dos horas.

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