14 ago 2013

LOS CASOS MAS SANGRANTES 1

Personas con alzheimer, con minusvalías, analfabetas o sin formación son los perfiles que los trabajadores de los bancos buscaban para vender estos productos sin dificultad
Una vez más, a Bankia le sale a pagar. El banco ha recibido otra sentencia judicial que le condena a pagar 200.000 euros por concertar un contrato de obligaciones subordinadas con un agricultor autónomo de Castellón que desconocía el funcionamiento y riesgos del producto.

El juzgado de Primera Instancia número 11 de Valencia ha dictado una sentencia en la que estima la demanda del agricultor y declara la nulidad del contrato "por error esencial en el consentimiento", y condena a Bankia a devolver 200.000 euros y sus intereses legales. No obstante, el demandante debe reintegrar a Bankia los importes recibidos como intereses o cupones.

El cliente concertó la compra de obligaciones subordinadas por ese importe en octubre de 2006. Según el agricultor, pensaba que adquiría un depósito a plazo fijo, sin riesgo y recuperable en cualquier momento. Cuando quiso disponer de parte del capital, 6.000 euros, para realizar un viaje, se le informó de que el capital no se podía recuperar hasta el año 2022.

El cliente argumenta que no tuvo conocimiento del canje de acciones ofrecido por Bankia en marzo de 2012, aunque el banco alega que informó al cliente de las características del producto y de sus riesgos y hubo consentimiento informado. Sin embargo, el juez ha considerado probada la ausencia de preparación técnica del cliente en materia de inversiones financieras, y que éste se dedicaba a trabajar sus tierras, a lo que se añade la relación comercial de confianza existente entre el agricultor y su oficina, en especial con un empleado y su director. (LEER TODO)

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