Bruselas exigió a a cambio de los 5.425 millones de euros que inyectó en Novagalicia -y en otras entidades nacionalizadas- que lo que denomina reparto de cargas -la quita- se ejecutase antes del fin de marzo. Después, los titulares recibirán acciones del banco saneado y el Gobierno prometió buscar una salida para que las pudiesen canjear de modo que obtuviesen dinero en metálico. Feijóo apeló ayer a que esta liquidez se les dé de forma "inmediata".
Después de criticar "la frivolidad y la ligereza" de la CNMV y el Gobierno de los socialistas, a los que culpa del atolladero en el que están "90.000 familias gallegas", Núñez Feijóo reveló su petición a Rajoy de mantener el arbitraje "durante un tiempo" para "seguir profundizando" en la conciliación de Consumo como vía para los afectados. El jefe del Ejecutivo autonómico sostiene, además, que todavía hay margen para que NCG mantenga "un proyecto autónomo". El ministro de Economía, por su parte, confirmó que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) busca "coordinar comportamientos" entre NCG, CatalunyaCaixa y Bankia, pero no una fusión porque su destino es la venta en cuanto existan condiciones adecuadas. El ministro alabó a los "buenos equipos gestores" de las tres, que son bancos "muy saneados, muy solventes, con muchísima liquidez". El Gobierno prevé utilizarlas "de una forma razonable y racional" para dar crédito a la economía "sobre todo a quien se lo merece".
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